• Se cerrarán Oficinas de Denuncias
• La presencia de Patrullas en las calles será mínima
La implantación de la nueva jornada laboral en el Cuerpo Nacional de Policía, lejos de mejorar las condiciones laborales denunciadas desde hace años por este sindicato, ha acentuado la discriminación en el seno de la plantilla policial. Mientras buena parte de los funcionarios, la mayoría de ellos mandos, cuentan con turnos de mañanas y/o tardes, con fines de semana y festivos libres, a los agentes afectados por el anterior sistema y por el nuevo (2 mañanas, 2 tardes, 2 noches, día saliente, 4 descansos) se le complica en extremo la conciliación de su vida personal y familiar.
Esta nueva jornada laboral, que ASP se ha negado a firmar en todo momento, se implanta sin el estudio adecuado y concienzudo de las consecuencias y resultados que podía conllevar. De hecho, ya con ella en funcionamiento sí o sí, observamos el caos que está produciéndose en casi todas las Comisarías estatales y. cómo no, en la Jefatura Superior de Asturias. La jornada laboral se ha impuesto de la siguiente forma:
MOTIVOS:
Reducir el gasto, como motivo principal, y ajustarse a la normativa de la Unión Europea en cuanto a horarios.
PROBLEMAS:
Se aprueba sin el aporte de personal adecuado para cubrir los servicios mínimos indispensables, tales como Seguridad Ciudadana (Radiopatrullas, Sala del 091, custodia de presos/detenidos y seguridad de edificios), Oficinas de Denuncias y Brigadas de Policía Judicial.
CONSECUENCIAS:
Dada la alarmante falta de personal, existe una imposibilidad de cubrir los
servicios prioritarios arriba referidos y, sobre todo, en las comisarías más pequeñas. De hecho, algunos de los servicios deberán cubrirse con las llamadas "peonadas", servicios pagados de forma extraordinaria.
Los agentes con más años de servicio a sus espaldas, ante este nuevo turno, han decidido solicitar el pase a la Segunda Actividad (similar a la prejubilación). Sólo en Oviedo, este sindicato ya ha tenido conocimiento de, al menos, la solicitud de doce funcionarios, lo que, lógicamente, repercute aún más en la carencia de efectivos.
Se ha aprobado que aquellas Comisarías que lo requieran podrán cerrar sus Oficinas de Denuncias. En Asturias, Oviedo y Gijón se mantendrán abiertas; Avilés, Siero, Langreo y Luarca de momento continúan abiertas, pero ya contemplan esa posibilidad, y Mieres ya cierra por las noches, fines de semana y festivos.
Si bien se argumenta que el cierre de estas Oficinas de Denuncias conllevará más policías en la calle, la realidad es que, de cerrarse, los funcionarios que realizaban estos servicios pasarán a reforzar las Brigadas de Policía Judicial para hacerse cargo de la recepción de denuncias del ciudadano.
Esto se suma a que los agentes siguen careciendo del material de seguridad básico (chalecos antibalas, fundas de armas reglamentarias antihurto, vestuario adecuado tanto para invierno como para verano…); a que el Ministerio del Interior entrega medallas a personal que nada tiene que ver con el Cuerpo y asciende y condecora a mandos afines -ninguneando así a los que día a día arriesgan su vida- y a que éstos siguen cobrando sueldos inferiores que Policías Locales o Autonómicos. Todo ello lleva a los miembros del Cuerpo Nacional de Policía a tener un sentimiento de indignación que, a medida que pasan los días, se va acrecentando hasta alcanzar una situación insoportable.